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Hace unos días empecé a reflexionar en mis valores que me identifican y si las personas que me rodean comparten estos mismos o no. 

Cuando conocemos a una nueva persona comenzamos haciendo preguntas de por ejemplo: ¿Cuál es tu película favorita? ¿Cuál es tu color o comida preferida? ¿Qué estudiaste? ¿Tienes hermanos o hermanas? Pero, en realidad, creo que deberíamos hacer preguntas como: ¿Para ti el valor de la familia es importante? ¿Has mentido alguna vez para sacar provecho de alguna situación, ya sea en el trabajo, en la escuela o de una persona? Sí, pueden parecerte un tanto invasivas estas preguntas, pero en realidad si no las hacemos (no estás en preguntas específicas, pueden ser otras) entonces no nos damos el espacio de poner nuestros valores y creencias en la mesa y ver si hacen clic o son iguales a las de la otra persona.

A veces, nos encontramos con personas que no nos agradan en nuestro trabajo, círculos de amigos o incluso dentro de nuestra familia paterna o materna, y a veces es complicado lidiar con el “no me parece lo que hace o dice esa persona, no va conmigo” y no significa que debamos alejarnos de personas con las que debamos convivir. Una frase que me gusta mucho y me representa es “No estoy de acuerdo con lo que dices o piensas, pero, lo respeto” Y eso no significa que te convenza la otra persona o que seas su mejor amigo, aunque no confíes en esta; significa dejar claro quien eres, que quieres, cuáles son tus valores y que a pesar de que no son los mismos que la otra persona, le das su espacio para dar su punto de vista, lo escuchas lo respetas, porque cada opinión en la mesa cuenta y debe ser escuchada, incluso si no nos parece. 

No es que tengamos que manejarnos todo el tiempo como un comentario de Twitter con pies, como si peleáramos para que nuestra verdad sea validada por todo el grupo social que queremos que lo valide o que alguien nos diga que somos importantes o valioso por decir o pensar de la forma en la que lo hacemos. La única persona que puede validarte eres tu mismo.

“Yo solo sé que no se nada” Es una frase que seguro conoces del filósofo Platón. Y en realidad esta frase nos muestra que no hay verdades absolutas y que escuchar es una de las más grandes virtudes. ¡Escucha, escucha, escucha! Lo que te dice tu entorno, lo que dicen tus compañeros de trabajo o de la escuela, lo que te dice tu amigo o amiga, la persona que te gusta, tu pareja.

Escuchar y procesar la información te ayudará a identificar los valores y creencias de esas personas.

Te contaré una historia personal, hace unos años salí con un chico mitómano, esta experiencia es graciosa, pero al mismo tiempo es importante, ya que hizo darme cuenta de que no estaba escuchando a las personas. Pues resulta que este tipo de personas mienten hasta por los codos, se crean vidas paralelas o imaginarias o trabajos o parejas. Pongámosle un nombre a mí date, pónganosle el nombre de «Mani». 

Llevaba 3 meses saliendo con «Mani» y él me contaba sobre sus experiencias en sus viajes, que había vivido de niño en USA y de la empresa que tenía de marketing. Bueno, todo iba bien hasta que lo atrape en la jugada. Pues, platicándome sobre su trabajo, mencionó algo de pedir vacaciones en la empresa en la que llevaba 3 años…  

– ¡Espera qué! ¿No que tenías tu propia empresa? –

– Sí, bueno, pero también tengo otro trabajo en una empresa…-

Esa fue la primera… después surgieron cosas como experiencias que me había contado de una forma y posteriormente al volver a decirme la historia era otra completamente diferente. Hasta que un día comencé a caer en cuenta de lo que me decía y después le volvía a preguntar y si, efectivamente, la historia era otra. Resulto que si estaba soltero, pero tenía una hija, no tenía su propia empresa, nunca había ido a USA, y así… 

¡Cómo no me di cuenta antes!  

Escucha activa. Eso es lo que me dejo esta experiencia tan rara con «Mani». ¿Te ha pasado que conoces a alguien y resulta no ser quien era? Algunos estudios mencionan que es porque idealizamos a la persona y después caemos en cuenta de quien en realidad es, o quizá sea que nos emocionamos tanto con la idea que tenemos de la persona y no con quien es realmente… Auuuuch sí, pero esa es la realidad. 

Mi consejo es, ten bien claros tus valores y quien eres, aléjate de quienes no los compartan o mantente al margen, no vale la pena una amistad, sociedad, pareja… con alguien que no te representa o no comparte tu misma visión de vida. 

Piénsalo, ¿te pondrías una playera con una frase ridícula, una banda o cantante que no te identifica? Seguro que no, entonces, ¿por qué aceptar o pasar el tiempo con personas con las cuales no tienes afinidad? 

#byebyealasrelacionestoxicas

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